Una ambulancia para ZP
Evo Morales, el presidente boliviano y “bolivariano”, se ha sentido gratamente sorprendido por la revelación de su homólogo español de que le serán enviadas a Bolivia 700 ambulancias. El propio Sr. Morales aclaró que no se trata de un crédito, sino de una donación, el regalo incluye la condonación de 120 millones de dólares de la deuda con España. El presidente español las entregará personalmente el año próximo.
Habría que preguntarle al senador socialista José Fernández Blanco, que opina de esta buena nueva del gobierno español. El senador precisamente también es alcalde de Puebla de Sanabria, un pequeño pueblo zamorano donde la semana pasada un vecino de él pudo haber fallecido debido a la escasez de ambulancias.
También podríamos preguntarle a la alcaldesa de Córdoba, miembro del PCE (Partido Comunista Español) y diputada por IU (Izquierda Unida), Rosa Aguilar, sobre como se entiende que el gobierno socialista regale 700 ambulancias, habiendo un déficit importante en su Comunidad, donde un estudio reciente comprobó que Córdoba dispone del parque público de ambulancias más pequeño de Andalucía.
El Sr. Zapatero, siguiendo la demagógica característica de los gobernantes de izquierda radicales, empieza a regalar lo que su propia nación necesita. A diferencia de tiranos y aprendices como Castro y Chávez, que donan hospitales, envían médicos y profesionales como mano de obra esclava, o regalan petróleo, el Sr. Rodríguez más bien parece que intercede por las empresas multinacionales españolas víctimas de nacionalizaciones bolivianas.
Las razones de Zapatero están acordes a su proceder habitual en política interna, da igual que el chantaje venga de una banda terrorista como de un gobernante latinoamericano. El presidente español siempre está dispuesto a interceder y doblegarse ante los chantajes. Rebajar la condena de 96 años a 13 años a alguien que asesinó a 25 personas, o regalar 700 ambulancias que necesitan los contribuyentes españoles, poco le importan si con ello él adquiere notoriedad y un supuesto prestigio de dialogante, o de benefactor a nivel internacional.
Al gobierno español le falta cordura cuando dispone irresponsablemente de recursos deficitarios en muchas comunidades españolas. Se equivoca cuando sustituye el cumplimiento obligatorio de leyes y tratados – aplicables a organizaciones terroristas, o a gobernantes que no respetan el derecho internacional- por un diálogo que siempre irá en beneficio del que infringe: terroristas y gobernantes populistas, lo que trae irremediablemente un perjuicio al que los sufre, o sea, a las víctimas y los ciudadanos españoles.
Habría que preguntarle al senador socialista José Fernández Blanco, que opina de esta buena nueva del gobierno español. El senador precisamente también es alcalde de Puebla de Sanabria, un pequeño pueblo zamorano donde la semana pasada un vecino de él pudo haber fallecido debido a la escasez de ambulancias.
También podríamos preguntarle a la alcaldesa de Córdoba, miembro del PCE (Partido Comunista Español) y diputada por IU (Izquierda Unida), Rosa Aguilar, sobre como se entiende que el gobierno socialista regale 700 ambulancias, habiendo un déficit importante en su Comunidad, donde un estudio reciente comprobó que Córdoba dispone del parque público de ambulancias más pequeño de Andalucía.
El Sr. Zapatero, siguiendo la demagógica característica de los gobernantes de izquierda radicales, empieza a regalar lo que su propia nación necesita. A diferencia de tiranos y aprendices como Castro y Chávez, que donan hospitales, envían médicos y profesionales como mano de obra esclava, o regalan petróleo, el Sr. Rodríguez más bien parece que intercede por las empresas multinacionales españolas víctimas de nacionalizaciones bolivianas.
Las razones de Zapatero están acordes a su proceder habitual en política interna, da igual que el chantaje venga de una banda terrorista como de un gobernante latinoamericano. El presidente español siempre está dispuesto a interceder y doblegarse ante los chantajes. Rebajar la condena de 96 años a 13 años a alguien que asesinó a 25 personas, o regalar 700 ambulancias que necesitan los contribuyentes españoles, poco le importan si con ello él adquiere notoriedad y un supuesto prestigio de dialogante, o de benefactor a nivel internacional.
Al gobierno español le falta cordura cuando dispone irresponsablemente de recursos deficitarios en muchas comunidades españolas. Se equivoca cuando sustituye el cumplimiento obligatorio de leyes y tratados – aplicables a organizaciones terroristas, o a gobernantes que no respetan el derecho internacional- por un diálogo que siempre irá en beneficio del que infringe: terroristas y gobernantes populistas, lo que trae irremediablemente un perjuicio al que los sufre, o sea, a las víctimas y los ciudadanos españoles.
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