El nuevo gobierno sueco y esas cosas “nuestras”
Resulta predecible que el régimen cubano se sienta muy molesto por haber ganado la alianza de centro-derecha las pasadas elecciones suecas, y más después del compromiso del primer ministro, Fredrik Reinfeldt, quien afirmó que su Gobierno daría prioridad al trabajo para fortalecer la democracia en Cuba y otros países. La incomodidad manifiesta mediante una “carta abierta” por parte de algunos herederos “rebeldes” de la revolución, que viven “exiliados” en Suecia, tampoco resulta llamativa salvo por el ataque que desde su web le dedican a otros grupos de exiliados de Suecia, de Estados Unidos y disidentes dentro de Cuba, con los que se podrá estar de acuerdo o no, pero nunca acusar de anticubanos, ni la vileza de afirmar al igual que la tiranía, que sus actividades son estimuladas por dinero del gobierno norteamericano.
El lenguaje empleado confirma lo que desde sus páginas aseguran ser: los hijos “rebeldes” de la “Revolución”. Esa rebeldía, o más bien, esa arrogancia de cogerse para sí la condición de cubanos debería hacerles pensar lo fuertemente emparentados y bienavenidos que están con su madre: esa llamada “revolución”, y con su padre: el castrismo.
La postura contra importantes líderes de Europa oriental, que lucharon contra el sistema comunista de su país también ha sido reveladora, pese a que no se mencionan nombres, se deduce fácilmente cuando expresan: «no se puede olvidar el Poder de los con Poder (¿?), como hacen algunos activistas de Europa Oriental que se van a Miami para criticar desde allí la actual política europea hacia Cuba, proponiendo estrategias “democratizadoras”, que no fueron precisamente las que llevaron a la democratización de sus países» y que se refieren, con total seguridad, al reciente foro celebrado en Miami que se llamó: Cumbre sobre la Transición hacia la Democracia en Cuba, en el que participaron legisladores estadounidenses, expertos y líderes políticos de Latinoamérica, y países de Europa central y del este, con el objetivo de compartir experiencias para fomentar la transición hacia la democracia en Cuba, donde incluso se leyó una carta -redactada para la ocasión- del ex presidente checo Václav Havel.
Cuando “Cuba de ellos” concreta su ataque en Marta Beatriz Roque y resalta su pasado comunista no solo se echan piedras sobre su propio tejado, sino que por transitividad atacan a todas las organizaciones del exilio que le han brindado apoyo, tanto a la Asamblea, como a todos los demás proyectos y actividades de otros grupos.
“Cuba de ellos” inclusive se atreve a dar por cierto los datos “oficiales”, o sea, los que tergiversa y manipula el régimen, de los daños que causa el “embargo” a la economía cubana. Pese a que es un tema bilateral entre dos países, ellos persisten en enfocar la problemática cubana en ese aspecto, como si siguieran instrucciones "paternas".
Si Estados Unidos no desea comerciar con quien expropió a sus ciudadanos le parece a “Cuba de ellos” una política equivocada, y basan su dialéctica "opositora" resaltando continuamente ese aspecto sobre otros, cuando podrían estar tendiendo puentes en vez de crear divisiones. No son capaces de ver que la reacción de los Estados Unidos a las expropiaciones por parte de la dictadura no tiene por qué ser ni tan siquiera política, sino simplemente sentido común. Las estupideces de mamá “revolución” como la centralización de la economía, la propiedad social sobre los medios de producción o la prohibición a la iniciativa privada, le deben parecer a estos “hijitos” sólo anecdótico, pero lo cierto es que ese sistema, con la precariedad que conlleva aparejada, es lo que permite que “papá” Castro se haya mantenido con el control absoluto de un país.
El sistema comunista es el sistema de destrucción económica idóneo para los caudillos, sumado a echar las culpas a un ente o circunstancia externa - en este caso a los Estados Unidos y el embargo- y que juntos con la propaganda de unos cuestionables logros médicos o de enseñanza, justifican el despotismo más allá de las fronteras nacionales. “Cuba de ellos” se ha convertido en un reflejo o herramienta, consciente o inconsciente, de esto último.
El lenguaje empleado confirma lo que desde sus páginas aseguran ser: los hijos “rebeldes” de la “Revolución”. Esa rebeldía, o más bien, esa arrogancia de cogerse para sí la condición de cubanos debería hacerles pensar lo fuertemente emparentados y bienavenidos que están con su madre: esa llamada “revolución”, y con su padre: el castrismo.
La postura contra importantes líderes de Europa oriental, que lucharon contra el sistema comunista de su país también ha sido reveladora, pese a que no se mencionan nombres, se deduce fácilmente cuando expresan: «no se puede olvidar el Poder de los con Poder (¿?), como hacen algunos activistas de Europa Oriental que se van a Miami para criticar desde allí la actual política europea hacia Cuba, proponiendo estrategias “democratizadoras”, que no fueron precisamente las que llevaron a la democratización de sus países» y que se refieren, con total seguridad, al reciente foro celebrado en Miami que se llamó: Cumbre sobre la Transición hacia la Democracia en Cuba, en el que participaron legisladores estadounidenses, expertos y líderes políticos de Latinoamérica, y países de Europa central y del este, con el objetivo de compartir experiencias para fomentar la transición hacia la democracia en Cuba, donde incluso se leyó una carta -redactada para la ocasión- del ex presidente checo Václav Havel.
Cuando “Cuba de ellos” concreta su ataque en Marta Beatriz Roque y resalta su pasado comunista no solo se echan piedras sobre su propio tejado, sino que por transitividad atacan a todas las organizaciones del exilio que le han brindado apoyo, tanto a la Asamblea, como a todos los demás proyectos y actividades de otros grupos.
“Cuba de ellos” inclusive se atreve a dar por cierto los datos “oficiales”, o sea, los que tergiversa y manipula el régimen, de los daños que causa el “embargo” a la economía cubana. Pese a que es un tema bilateral entre dos países, ellos persisten en enfocar la problemática cubana en ese aspecto, como si siguieran instrucciones "paternas".
Si Estados Unidos no desea comerciar con quien expropió a sus ciudadanos le parece a “Cuba de ellos” una política equivocada, y basan su dialéctica "opositora" resaltando continuamente ese aspecto sobre otros, cuando podrían estar tendiendo puentes en vez de crear divisiones. No son capaces de ver que la reacción de los Estados Unidos a las expropiaciones por parte de la dictadura no tiene por qué ser ni tan siquiera política, sino simplemente sentido común. Las estupideces de mamá “revolución” como la centralización de la economía, la propiedad social sobre los medios de producción o la prohibición a la iniciativa privada, le deben parecer a estos “hijitos” sólo anecdótico, pero lo cierto es que ese sistema, con la precariedad que conlleva aparejada, es lo que permite que “papá” Castro se haya mantenido con el control absoluto de un país.
El sistema comunista es el sistema de destrucción económica idóneo para los caudillos, sumado a echar las culpas a un ente o circunstancia externa - en este caso a los Estados Unidos y el embargo- y que juntos con la propaganda de unos cuestionables logros médicos o de enseñanza, justifican el despotismo más allá de las fronteras nacionales. “Cuba de ellos” se ha convertido en un reflejo o herramienta, consciente o inconsciente, de esto último.
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