Wenceslao Cruz Blanco

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miércoles, octubre 11, 2006

La pena de muerte en España y Europa

Bebé ZapateroAmnistía Internacional y la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte han celebrado por cuarto año consecutivo el Día Mundial contra la Pena de Muerte, esta vez bajo el lema: Las ejecuciones, un fracaso de la justicia. El líder de la independencia de la India e ideólogo de la no-violencia, Mahatma Ghandi, explicaba que «El nacimiento y la muerte no son dos estados distintos, sino dos aspectos del mismo estado». Pese a las consideraciones metafísicas o espirituales que se derivan del análisis de este pensamiento ¿por qué no podríamos considerar al aborto como la forma más cruel en que se manifiesta este cuestionable método de “justicia”?

Europa presume de haber logrado la abolición legal de la pena de muerte en todos los estados miembros, al menos en tiempos de paz. Sin embargo, en Europa el aborto ha pasado a ser la primera causa de muerte, cada 30 segundos se impide nacer un niño de forma “violenta” y sin juicio previo. España está entre los cinco Estados miembros con más abortos y el que más incremento ha tenido, según un informe del Instituto de Política Familiar (IPF) que se presentó en la Eurocámara. Y lo más lamentable, algunos grupos políticos y sociales consideran un derecho el tener la potestad de decidir sobre la vida de un ser que aún no ha salido del vientre materno.

Es evidente que si Amnistía Internacional tomara en consideración el aborto, la lista sufriría un cambio bastante radical, aunque China seguiría siendo el país con el mayor porciento de ejecuciones. Para disgusto de muchos, Estados Unidos sería superado por países europeos como Francia (208.759), Reino Unido (195.483), Italia (133.000), Alemania (128.030) y España (79.788) que son los cinco Estados miembros con más abortos, el 75% del total, según el informe de IPF; también hace notar que los Estados Unidos han crecido en población cuatro veces más que la UE desde 1994. Europa creció en 14 millones de habitantes pero, advierte el citado informe, el 80% de ese crecimiento proviene de la inmigración.

Amnistía Internacional considera a la pena de muerte como inaceptable y argumenta cada ejecución como una violación extrema del derecho a la vida, sin embargo, la propia organización apoya el aborto y su despenalización, incluso ha llegado a considerar el abortar como un derecho humano. La hipocresía debería tener límites.

Sostener que la ejecución de una pena de muerte es inhumana porque es una pena irreversible, sin considerar las garantías del sistema judicial que la aplica, es unir de forma inescrupulosa e interesada en una misma lista a los Estados Unidos con países como China, Irán o Arabia Saudita. Es una razón más al servicio de la crítica carente de objetividad contra los norteamericanos. Cualquier ejecutado en Norteamérica tuvo más garantías procesales que otro de un gobierno dictatorial o autocrático que se incluye en la lista de Amnistía Internacional.

Ahora, volviendo a la forma camuflada de aplicación de la pena de muerte en Europa ¿Qué garantías legales tiene un niño en la actualidad, en España o en Europa, de nacer? Pues muchas menos. Es evidente que más garantías tuvo el feto del actual presidente español Zapatero u otro presidente europeo que sea defensor a ultranza del aborto. El actual gobierno español defiende y respeta la vida de asesinos confesos - y la constitución los respalda - algo que en el pasado no hicieron cuando también gobernaban. Crearon al margen institucional otro grupo terrorista (GAL) por no tener la valentía moral de proponerle a la sociedad un castigo ejemplarizante para los asesinos etarras, eso aparte de la corrupción que podría derivarse de ello, como sucedió. Tal parece que ahora tienen tanto remordimiento de conciencia u otros intereses, bastantes cuestionables, que cometen un error aún peor, reducir las penas de prisión a esos delincuentes, como el reciente caso de Juana Chaos, acusado de veinticinco asesinatos.

Mientras, defienden abiertamente el asesinato del ser más indefenso y desprotegido, de ese que necesita del uterino abrazo de una madre para nacer. Surge incluso una paradoja interesante ¿cómo puede ser más grave quitar la vida de un ser que ha cometido un asesinato que impedir que ese mismo ser nazca? Al menos, tuvo la oportunidad, al nacer, de comprender la vida, de respetar a los que como él constituyen seres únicos, con potencialidad creativa aunque también destructiva, como sería el caso de un asesino.

¿Por qué, el gobierno español y otros de Europa que defienden la pena de muerte, esa pena de muerte a la que no se le hace juicio previo y el “culpable” no comete delito, no aparecen en las listas de Amnistía Internacional?

¿Por qué no quieren garantizarle a otros seres, los privilegios y la protección legal que permitieron que ellos mismos disfruten, aún con sus imperfecciones y problemas, del bien más preciado: la vida?

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Sólo quería decir que me pudiera resultar paradójico que precisamente sea desde sectores considerados oficialmente representativos de la Iglesia sea desde donde se hable tanto del derecho a la vida y del aborto, cuando son los que se supone que creen en una vida eterna que viene después a los que dejan esta. Es como para no creer en nada, supongo.

3:15 p. m.  

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