Wenceslao Cruz Blanco

Wenceslao Cruz Blanco

«La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla.»

José Martí­

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martes, septiembre 26, 2006

¿Existe la Izquierda?

Parlamento EspañolEl concepto de izquierda, política o ideológica, surge luego de la revolución francesa. A finales del siglo XVIII, los parlamentarios que se sentaban a la derecha del monarca eran considerados defensores del régimen feudal, y los que se ubicaban a la izquierda, resultaron ser los simpatizantes de un naciente sistema capitalista.

Este simple y anecdótico hecho histórico aún sigue utilizándose en el argot político, donde se sigue identificando la preocupación por una mayoría desfavorecida o el progreso, con el ser de izquierdas. En una democracia es difícil comprender que pueda aplicarse esa definición a algún partido político en específico, pues para ninguno sería medianamente inteligente reconocer que no quiere ejercer el poder para el bien de la mayoría o a favor del progreso. En conclusión que todos deberían ser de “izquierdas” sin tener ninguno que arrogarse esa definición para sí.

Curiosamente existe el interés de uno o varios partidos, en diferente sociedades democráticas, que reclaman para sí ese concepto, pero porque lo necesitan como slogan y coartada electoralista. Eso les permite poner al contrario en una posición aparentemente diferente e impopular. La propaganda de los grupos y partidos políticos que presumen de ser de izquierdas tienen mucha semejanza con los principios ideados por el ministro de información de Hitler, efectivos para la propaganda empleada por el estado nazi. Uno de ellos era el principio de la vulgarización y que consistía en poseer «una propaganda popular, adaptada al nivel del menos inteligente de los individuos a los que va dirigida». Las masas eran despreciadas con este principio, el ideólogo nazi asumía como cierto que «cuando más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar».

Sólo partiendo de un convencimiento de la ignorancia de las masas puede comprenderse el que un partido haga una campaña electoral definiéndose como de izquierdas, entienden que ese mensaje es efectivo porque desprecian a esas masas electorales a las que se dirigen, las consideran que no razonan lo suficiente, ni se preocupan de ir al fondo de los programas electorales. Esas masas asociarán al partido que se autoproclama como de izquierdas con un partido que se preocupará de los problemas sociales de la mayoría o con el progresismo. Así de simple.

En las dictaduras, principalmente las que siguen al pie de la letra, los consejos del ministro nazi en cuanto a propaganda, les encanta aparecer como de izquierdas también, interesante. Es como si lo que sirvió en su momento para identificar una postura progresista, en un momento histórico concreto, se haya viciado de tal forma, que debería dar repelús oírlo en los momentos actuales.

Pero no debemos caer en el error de, por querer diferenciarnos de ellos, de asumir su propaganda y admitir la etiqueta de derecha que ellos endosan a sus contrarios, electoralmente hablando. Los hechos y los resultados de un buen programa de gobierno han de ser el mejor baremo de comparación. El que en una época se sentaran unos buenos hombres a la izquierda de un Rey no quiere decir que si no nos sentamos ahora a la izquierda en un parlamento de una auténtica democracia, no estaremos al lado y en representación de una mayoría.

No porque el genio Leonardo Da Vinci fuera zurdo, no existieron y existen genios también que utilizan la diestra. La ciencia no se divide en zurdos y diestros, como tampoco la democracia debe etiquetarse en derecha e izquierda. Quienes lo hacen sólo reivindican para sí lo que no son capaces de adquirir con hechos, necesitan de conceptos que contienen ideas, pero que son incapaces de aplicarlas y utilizarlas en un lugar distinto al de la propaganda.

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jueves, septiembre 21, 2006

Chávez y el viejo samurai

Chávez el provocadorLos recientes insultos al presidente de los Estados Unidos por parte del mandatario venezolano han tenido una enorme repercusión. Los incondicionales admiradores de Hugo Chávez, como era de esperar, han visto en sus palabras valentía y arrojo. Otras posiciones han sido más realistas: el ex presidente Clinton le ha advertido al histriónico personaje que sus “comentarios” no son nada buenos para Venezuela.

El gobernante venezolano, que se considera una especie de reencarnación de Bolívar, al menos debería tener en cuenta que su proceder como bufón sólo ayuda a tomársele poco en serio. Si su objetivo es querer convertir su “Aló presidente” en un circo ambulante por el mundo ya ha tenido una buena publicidad en un organismo internacional de importancia. Venezuela quizás no logre pertenecer al consejo de seguridad, pero Chávez, al menos, se ha ganado el puesto de bufón honorario de las Naciones Unidas para humillación de Venezuela y los venezolanos que aún pudieran sentirse representados por él.

Sería bueno que dejara de leer engorrosos libros conspiratorios de personajes que afirman que el gobierno estadounidense fue quien destruyó las torres gemelas y que ningún avión se estrelló contra el pentágono ¿Es que acaso no cree a su admirado Bin Laden y a los propios comunicados de Al Qaeda que se autoinculpan?

Antes que a Chomsky puede que sea más recomendable leer algunos cuentos de menos ficción y más instructivos que le impidan volver a cometer despropósitos en una reunión donde se intentan dar soluciones a problemas muy serios. Existe uno que le hubiese sido de gran ayuda a Chávez, se llama: El viejo Samurai.

Es un cuento muy corto que habla de un viejo samurai, ya retirado, que se dedicaba a enseñar el arte de la meditación a sus discípulos, aunque era muy viejo se corría el rumor que mantenía toda su fuerza y era capaz de derrotar a cualquier adversario. Cierto día apareció por allí un guerrero con fama de ser el mejor en su género. Era conocido por su total falta de escrúpulos y por ser un especialista en la técnica de la provocación, o sea, un auténtico y bolivariano Hugo Chávez. Este guerrero esperaba que su adversario hiciera el primer movimiento y después con habilidad para captar los errores del contrario atacaba con una velocidad fulminante. Nunca había perdido un combate. Sabiendo de la fama del viejo samurai, estaba allí para derrotarlo y así aumentar su fama de invencible.

El viejo samurai aceptó el reto y se vieron en la plaza pública con todos los discípulos y gentes del lugar. El joven empezó a insultar al viejo maestro. Le escupió, tiró piedras en su dirección, le ofendió con todo tipo de desprecios a él, sus familiares y antepasados. Durante varias horas hizo todo para provocarlo, pero el viejo maestro permaneció impasible. Al final de la tarde, exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró. Los discípulos corrieron hacia su maestro y le preguntaron cómo había soportado tanta indignidad de manera cobarde sin sacar su espada, asumiendo el riesgo de ser vencido.

Si alguien te hace un regalo y tú no lo aceptas, ¿a quién pertenece ese regalo? - preguntó el samurai.

A quién intentó entregarlo - respondió un discípulo.

Pues lo mismo vale para la rabia, la ira, los insultos y la envidia -dijo el maestro-, cuando no son aceptados continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo.

Y tal como en este sencillo y breve cuento, los Estados Unidos han hecho como el viejo maestro samurai, no responder ni hacer ninguna declaración sobre los insultos de Hugo Chávez. El gobernante se va, con su rabia, con su ira, con sus insultos y con su envidia de regreso a Venezuela. Sus regalos los seguirá brindando en sus “Aló presidente”, nadie los querrá.

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miércoles, septiembre 20, 2006

Fidel Castro, un Don Quijote sin locura

Chávez SanchoEn una reciente entrevista de la BBC al gobernante venezolano, Hugo Chávez, se perciben rasgos de la personalidad de alguien que podría parecer un esquizofrénico con esa manía aprendida de su gurú Fidel, de atacar y culpar de los males mundiales a los Estados Unidos. Su programa televisivo “Aló presidente” ha permitido oír a un gobernante que a veces hace dudar de si su coeficiente intelectual está dentro de los parámetros normales, así que sus declaraciones contradictorias como cuando expresa que no es anti-nada, para seguidamente añadir que sólo sigue el código anti-imperialista, entran dentro de la misma retórica de bajo nivel intelectual.

Pero llegar a augurar, el fin de los males de la tierra, si Castro fuera presidente del mundo durante una década, ya entra dentro de una idiotez supina. Las palabras exactas del Sr. Chávez fueron « Yo soy sólo un soldado de esa batalla. Fidel es nuestro presidente. Si hubiera que nombrar un presidente del mundo pero con poderes para arreglarlo, ése sería Fidel. Creo que en una década arreglaría al mundo»

Aunque dudo seriamente que Chávez lo ignore, si por algo destaca el dictador cubano es por sus fracasos continuados en cualquier materia, incluso en la de la guerra. Un país que se autoabastecía, antes de que Castro tomara el poder, en la mayoría de los productos esenciales, aún hoy sigue con la alimentación racionada y con unos ciudadanos a expensas de que el gobierno le dé, como premio a las horas trabajadas “voluntarias” (domingos rojos, movilizaciones militares, etc.) o su actividad hostil contra los opositores a la dictadura, el derecho para comprar un equipo electrodoméstico o productos de primera necesidad como un jabón o una botellita de aceite.

Vladimiro Roca, un importante y destacado opositor a la dictadura, ha descrito brevemente a Castro como «el gobernante que más recursos materiales y financieros ha recibido y el que peor uso ha hecho de ellos, malgastándolos y dilapidándolos, emprendiendo planes absurdos sin evaluación económica previa, sólo porque él creía que darían buenos resultados».

Si algunos fracasos como la zafra de los 10 millones, la desecación de la ciénaga de Zapata, el famoso "cordón de La Habana" para sembrar café caturra, donde eliminó el cinturón agrícola de frutas, viandas y hortalizas de la provincia; su incapacidad en garantizar el abastecimiento de carne de res, leche, huevo, etc., pese a toda la propaganda de supuestos avances genéticos para lograr vacas superlecheras o enanas, no son suficientes para convencer a Chávez de lo equivocado que está respecto a Castro, es que el gobernante venezolano padece de un serio servilismo político que condiciona todo lo que hace y hará.

Si, a pesar de eso, Chávez cree en un Castro quijotesco pero sin locura, el peligro es aún mayor. Esa alegoría de un Castro de Quijote y un Chávez de Sancho hace que nos preguntemos por qué ellos atacan a los molinos de viento ¿Qué se esconde tras la ficción de señalar a los Estados Unidos como los enemigos que hay que destruir?

Seguramente porque es la justificación que lo evade de la responsabilidad de gobernar correctamente su propio país, que es lo que le corresponde. Es la estrategia de buscar un enemigo poderoso donde poner en plantilla a todos los que se le opongan, eliminarlos y así perpetuarse indefinidamente en el poder como ha hecho por décadas su mentor y amigo cubano.

Pero no por parecer una simple retórica para consumo interno es menos peligrosa. Cuando imprudentemente se empiezan a llevar alianzas que hacen peligrar la estabilidad internacional, cuando ya no se emplean inofensivas lanzas para atacar al molino, sino que se abre la posibilidad de amenazar con armamento nuclear, la cosa cambia.

De cualquier forma, luego de esta entrevista en la BBC, sabemos un poco más de Chávez, su desconocimiento o hipocresía cuando hace propaganda ocultando la situación en que viven los cubanos, y la publicidad desmedida de las capacidades inexistentes de un gobernante tan pésimo como Fidel Castro, hace que aseguremos que Venezuela no saldrá del abismo si Chávez no es derrotado en las próximas elecciones, elecciones donde cabe nuevamente la posibilidad de que se repita un fraude parecido al del referéndum revocatorio.

El gobernante venezolano debería reconocer que el único éxito real que ha tenido Castro, es lograr mantenerse en el poder con una dialéctica de engaño y una actuación represiva. Chávez es un fraude en sí mismo, no es creíble y nunca reconocerá eso de Fidel, pues él va igualmente como fiel Sancho junto a su quijotesco amigo contra los molinos de viento, y ambos continuarán pisoteando a sus pueblos durante el trayecto.

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lunes, septiembre 18, 2006

Castro, Chávez y Ahmadineyad, los cartógrafos de la destrucción

Ahmadineyad, uno de los cartógrafos de la muerteEl presidente venezolano, Hugo Chávez, con la incontinencia verbal que lo caracteriza sigue defendiendo el que Irán enriquezca uranio con fines “pacíficos”, pero a la vez “profetiza” que los Estados Unidos dejarán de existir a principios de este siglo. O sea que al igual que el presidente iraní Ahmadineyad con respecto a Israel, ambos son países que no deben existir en los mapas.

Castro, el dictador moribundo, debe estar rememorando su sueño de destrucción de Norteamérica. Si un Kruschev no sucumbió a los consejos irresponsables de un egocéntrico barbudo para lanzar misiles contra los norteamericanos, en la actualidad, una Europa que cuestiona diariamente los métodos de la lucha antiterrorista estadounidense, junto a organismos internacionales como la OIEA, son la herramienta eficaz para influir en que los Estados Unidos no protejan su territorio actuando fuera de sus fronteras.

Las duras críticas de la OIEA, a la supuesta tergiversación de sus informes por parte de los norteamericanos, han apoyado la hipótesis de que los Estados Unidos buscan justificar una intervención como sea a Irán, aún cuando sea utilizando pruebas falsas. Es como si los discursos amenazantes del presidente iraní contra Israel, Norteamérica y occidente en general, no fueran suficiente motivo para mostrar una preocupación justificada de desconfianza ante un programa de enriquecimiento de uranio tan poco transparente y del que la propia OIEA se ha quejado por no tener suficiente colaboración por parte de las autoridades iraníes.

Las últimas palabras de Chávez defendiendo a Irán, atacando a Israel y a los Estados Unidos, sumado a la defensa del futuro desarrollo de un programa nuclear venezolano, han de ser de preocupación, pese a que quien las dice es caracterizado como un “papagayo tropical”, carente de ver más allá de sus palabras, incapaz de entender las consecuencias de ellas; pero, lamentablemente, con suficiente capacidad de hacérselas sufrir al pueblo venezolano.

Permitir a un Hugo Chávez o un Ahmadineyad con la posibilidad de fabricar armamento nuclear es equivalente a un Fidel Castro durante la crisis de los misiles, pero con la posibilidad de lanzarlos él directamente. O sea, una garantizada catástrofe nuclear.

Mientras, la prensa y el parlamento europeo se “horroriza” por el descubrimiento de traslados de terroristas por parte de la CIA utilizando territorio europeo, se muestran comprensivos por un mundo musulmán ofendido por las recientes palabras del Papa Benedicto XVI. Esos musulmanes, que se han manifestado ofendidos por esas declaraciones, no han encontrado otra forma de “limpiar” el buen nombre de Mahoma, que quemando Iglesias cristianas o asesinando a una monja católica en Somalia.

Defenderse -para algunos líderes europeos, como el presidente español Rodríguez Zapatero- del terrorismo, es cuestionar a quien los combate, ya sea con las ideas, como Benedicto, o por la utilización de la fuerza, como los Estados Unidos. A nivel interno, alertar de un supuesto renacimiento de una “extrema derecha” ha sido la única forma de ocultar -que ha encontrado Zapatero- el fracaso de su política de intentar reinsertar en la sociedad a quien ha matado, extorsiona o amenaza. Ser blando con el terrorismo nacional e internacional, y ser muy duro con quien lo combate o denuncia, está siendo la estrategia del actual gobierno español.

Si las posiciones de rendición y comprensión, ante el peligroso fenómeno del terrorismo, se trasladan al resto de Europa y el mundo. Si se le niega a los Estados Unidos de América el apoyo que necesita para su lucha contra quienes piden su desaparición del mapa, sólo será cuestión de tiempo de que exista la Eurabia alertada por la fallecida Oriana Fallaci o se cumpla la “profecía”del gobernante venezolano.

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sábado, septiembre 16, 2006

La fatwa contra el Papa Benedicto XVI

Papa Benedicto XVI Las recientes palabras del Papa Benedicto XVI, sacadas de contexto, han sido utilizadas por el mundo musulmán como utilizaron las caricaturas hechas por el dibujante danés Kurt Westergaard, como pretexto. El islamismo está en la misma o peor posición que cuando existía la Inquisición y se quemó a un Giordano Bruno “hereje” o se amenazaba a un Galileo o a un Copérnico, algo por lo que la Jerarquía católica ya pidió perdón. En el mundo islámico se ahorcan a homosexuales, se lapidan a mujeres consideradas infieles por sus maridos, se recompensa a quien asesine escritores “incómodos” y se incita a la violencia como si fuera un mandato divino.

La agresividad que desatan los que promueven este fanatismo es temida por quien no profesa esa religión, por gobernantes, por escritores y por la mayoría de periodistas. Benedicto no debe pedir perdón porque se lo exijan miles de zombis, y menos por miedo a una fatwa, pues la fatwa ya está dictada hace tiempo contra el que no se convierta al Islam. El máximo representante de la Iglesia Católica no debe temer a ese victimismo musulmán que lo acosa en estos momentos. El victimismo del victimario es como un mar sin agua, un bosque sin árboles, un río sin corriente, es falso.

La guerra no es entre un mundo cristiano y un mundo musulmán, como quieren ver algunos el conflicto supuestamente religioso que actualmente vivimos. La guerra es entre la civilización y la barbarie. El conflicto está realmente entre los Emires y ricachones del desierto con su pueblos oprimidos. Al Islam lo han convertido en los barrotes perfectos de una cárcel de la que no dejan salir, a un mundo próspero y civilizado, a sus pueblos esclavos.

La libertad de expresión es algo que no se respeta en los gobiernos que dirigen y sojuzgan a sus ciudadanos por la interpretación de textos religiosos o “sagrados”, ya sea este el Corán o El Capital. Es lógico que sean estos países de gobiernos autocráticos, de gobiernos totalitarios y comunistas los que converjan en cumbres como las de los No Alineados (NOAL) y alardeen de apoyos mutuos, son los mismos que ven a un “peligroso” Israel, no dispuesto a ser chantajeado, no dispuesto a ser “eliminado del mapa” ni a pedir perdón por defenderse. Es comprensible que odien de forma enfermiza a los Estados Unidos de América, baluarte y faro del mundo occidental desarrollado y civilizado. Cuando Norteamérica les conmina, a que dejen a sus pueblos elegir su propio destino, se sienten “atacados” e “intervenidos”. Cómo no van a sentirse así, si peligra el despotismo que los mantiene en el poder.

Los cobardes del mundo democrático responden con “Alianzas de Civilizaciones” ¿Es que se puede considerar civilizado a quien lapida, a quien degüella o a quien amenaza con la violencia? ¿Realmente puede haber punto de encuentro con el fanático, con el suicida, con el terrorista?

Quien lo crea podrá ser justificado como un demagogo cuando lo plantea, incluso habrá quien lo considere un hombre humano y de buenos sentimientos cuando sólo es un irresponsable, pero el error se pagará y se paga. Se está pagando cuando quien debería escribir guarda silencio, se paga cuando un juez reduce o no actúa contra un acto terrorista. Y peor aún, uno se endeuda con los principios democráticos por los que otros hombres han dado y dedicado su vida, nos endeudamos, en definitiva, con nuestro propio derecho a ser libres.

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jueves, septiembre 14, 2006

Los Virus, la Mafia y El Herald

Yo soy ético te daré ética, jejejeExisten algunos programas dañinos denominados Spywares que afectan a nuestros ordenadores, lo ralentizan, algo que nos permite saber que algo no anda bien. El objetivo de estos programas no es otro que obtener información nuestra, nuestra lista de correos, claves, etc... Realmente no pretenden que nuestro ordenador vaya como una tortuga, pero no pueden evitar los efectos colaterales de su incursión ilegal por nuestra intimidad.

Hay algunos de estos programas Spy que ha llamado mi atención, son unos que se instalan y con frecuencia te avisan (mediante una ventana – popup) de que no tienes un Anti-Spy instalado y que compres uno específico, el suyo. En definitiva que el creador de tu nuevo problema dice que te ayuda a solucionarlo, es evidente que podrá, por lo que piensas en pagarle para tener cierta seguridad y tranquilidad, e increíblemente un gran porciento de los usuarios dañados accede a ello de forma bastante ingenua.

Este procedimiento similar al del matón y delincuente, que promete proteger tu negocio si le pagas una mensualidad, y que se reconoce como un comportamiento mafioso, tiene semejanzas también con ciertas formas de actuar de importantes medios de información a efectos de publicidad, o sea que venden ellos mismos la solución al problema que te ocasionan, algo así como decir que: Nosotros somos éticos, si nos compras te asegurarás de consumir ética. Y de forma perniciosa tratan de moldear la concepción que tenías de un tema o una cuestión.

Cuando un periódico como El Nuevo Herald alude a una supuesta ética para despedir a tres prestigiosos periodistas, muy críticos con un régimen dictatorial que estudia permitirle poner una oficina en La Habana (según el columnista Ernesto F. Betancourt que renunció a su columna en el Herald después del despido de sus compañeros), resulta cuanto menos de un cinismo apabullante tratándose de Cuba, donde sólo se permite ejercer a los periodistas que se conocen como “oficialistas”, o sea, los que reciben el salario del propio gobierno cubano, y ahí sí que no pueden apartarse de la línea oficial si no quieren, en el mejor de los casos, pasar al ostracismo y al paro.

¿Es que acaso puede haber alguna ética en la gerencia de un periódico que estudia la posibilidad de poner una filial en un país, que tras China es el que más periodistas tiene encarcelados, donde toda información que se emita desde Cuba ha de ser mas o menos favorable si quieren mantenerse dentro de la isla?

Cuando te ofrecen una solución, pero quien te la ofrece es el problema, y tú aceptas la solución, cedes al chantaje. Cuando un periódico para ganar suscriptores dice regirse por una ética que ha demostrado no respeta, cuando despide a los que con una trayectoria profesional intachable han denunciado a la tiranía por tantos años y ya no les sirve porque ese régimen ha entrado dentro de los nuevos potenciales “sponsors” de la publicación, lo ético y correcto es cancelar la suscripción con ese medio.

Quien compre El Nuevo Herald porque la publicación dice tener ética, hace igual que quien compra el Anti-Spy que dice eliminar la infección, un pobre ingenuo. El que tiene problemas de ética no puede instruirte moralmente y si se lo permites prepárate a seguir bajo su influencia, y pagar por ello.

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domingo, septiembre 03, 2006

Los “Raulistas” y el exilio visceral

Raúl Castro Ruz heredero de su hermano mayor Fidel CastroTras haber heredado Raúl Castro el poder en Cuba han aparecido dentro del exilio, que se autodefine como “moderado”, los que ya se conocen como “Raulistas”. En España los “Raulistas” cuentan con el apoyo directo del actual gobierno y medios de comunicación afines a esa tendencia. Ven al hermano menor del dictador cubano como a un probable reformista económico y alimentan esa expectativa que priorizaría el convertir a Cuba en una nueva China, favorable a los intereses españoles, antes que el auténtico restablecimiento de la democracia. Lo llamativo es que los “Raulistas” han sido en el pasado, de alguna u otra forma corresponsables, por algún período de tiempo, de una tiranía que se acerca al medio siglo de existencia.

Los “Raulistas” abogan por la “no confrontación” en Cuba, un término bastante ambiguo. Quizás se refieran a que desaprueban el uso de la fuerza en alguna de sus formas, olvidándose de que muchos de ellos -o sus padres- en el pasado, con una dictadura menos cruenta que la que soporta Cuba por 47 años, aprobaban o acudieron al sabotaje, al secuestro, y a los atentados para sacar del poder al dictador Batista ¿Qué ha cambiado?

Para los “Raulistas” resulta beneficioso hacer creer que existen dos exilios diferentes, uno asentado en Norteamérica y el otro en Europa, al de Miami lo califican de “visceral” arrogándose ellos el calificativo de “moderados”, lo que genera unas simpatías evidentes en una sociedad que aún padece en su sistema educativo del síndrome de 1898, año que perdieron la colonia tras la guerra hispano-cubano-norteamericana.

Es probable, que debido al pasado de contubernio con la tiranía y su exilio en un país distinto a Estados Unidos, lo que escriben y denuncian la mayoría de los líderes de este grupo, con relación al régimen cubano, sea una interesante estrategia al incapacitar al gobierno castrista de señalarlos como empleados de la CIA, de Batistianos y de otras gastadas acusaciones. Pero no por ello me atrevería a ponerlos en el papel de libertadores ni de destacados dirigentes del exilio, cuando su valía es más testimonial que de compromiso real con la libertad. Y más aún cuando reciben fondos de un gobierno que cabildea en la Unión Europea por eliminar las sanciones a la dictadura.

Martí hablaba de la labor de los libertadores de la siguiente manera: «El oficio de los libertadores no es devorarse entre sí, y codearse unos a otros ante la muchedumbre, y mirar hosco al que les cierra el paso, y derretirlo con el fuego de los ojos, y echarlo atrás a uñadas y mordeduras, y ponerse delante, a donde todo el mundo lo vea, como la odalisca que llegó por fin a atraer las miradas del sultán: el oficio de los libertadores no es alquilar elocuencias, pagar plumas, adular a satélites, acaudillar bandos, asalariar hipócritas, encubrir espías, costear vicios, pensionar desvergüenzas...»

Los “Raulistas”, a los que me refiero, no sólo denuncian atropellos de la tiranía cubana, sino que enfocan parte de su artillería dialéctica contra el llamado exilio histórico. El exilio histórico es la prueba viviente de que la represión empezó desde el 59, y no cuando el desplome del campo socialista acabó con privilegios de buena parte de la clase dirigente, empeorando aún más la condición de los ciudadanos cubanos. De esa clase dirigente, a la que se le dificultó el negocio del patriotismo revolucionario, han surgido los “Raulistas”. Atacar al régimen cubano, tras décadas de ellos mismos estar formando parte de la represión, los convierte en desertores de la tiranía pero no los inmuniza del recuerdo de sus propias víctimas. Y es, a éstas víctimas que ellos atacan, a lo que llaman: el exilio “visceral”.

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