Zapatero y el Sexo
El químico británico William M. Ramsay – descubridor de los gases nobles (1898)- ya lo decía: “Vota al hombre que promete menos. Será el que menos te decepcione”. El presidente español prometió en su programa la igual cantidad de mujeres y hombres en el gobierno. Pero construir un gobierno basándose en el sexo de la persona debería ser cuestionable. Es una promesa muy fácil de cumplir y sobre todo si se piensa que se contentaba y condicionaba el voto femenino, lo que muestra inconscientemente menosprecio hacia la inteligencia venusina. Si Zapatero piensa en España como una granja de pollos es evidente que una cría industrial para que sea rentable tendrá que tener en consideración si es pollo o polla*
El varapalo en Europa de la recién estrenada ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, demuestra que no se debe tratar a una masa de ciudadanos como animales de granja. La responsabilidad en elegir los altos cargos merita de tiempo, y es seguro que hay mujeres capaces de llevar ese Ministerio a la altura que en su día lo llevó Loyola de Palacio e incluso no hay que dudar que la propia ministra Espinosa pueda alcanzar la necesaria experiencia y ser una excelente representante de nuestros intereses. Pero un poco de humildad y buen “talante” debiera tener el nuevo Presidente del Gobierno y reconocer de una vez que la Moncloa le cogió desprevenido. Recordemos que cuando le preguntaban sobre su futuro gobierno el decía tenerlo en la cabeza, y no hay que dudar que así mismo era. Su cabeza intentaba dividir el total de los ministerios entre dos y las matemáticas no se le suele dar bien a los de letras. El fracaso no es justo achacárselo totalmente a la inexperiencia de la Ministra, la actitud de los “amiguísimos” Francia y Alemania fue más determinante.
Otro nombramiento que llama la atención es el de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. No porque sea mujer, sino por los amaños que hará Zapatero para recibir siempre él a los representantes de la increíble, tolerante, civilizada y humana cultura islámica. De cualquier manera será menos “ofensivo” que cuando el PP puso a una mujer al frente de exteriores, algo que debió enfadar a los buenos amigos árabes.¿Qué opinará nuestro amigo Mohamed VI, o algún “líder” o jeque árabe cuando en ausencia de Zapatero lo deba recibir una mujer presidente?. Sabemos la respuesta, la sustituirá su inmediato porque a ella se le dará otro compromiso posiblemente internacional. Aún así los socialistas no se “cortan” en poner su nombramiento como un ejemplo de la integración de la mujer en la sociedad, poco importará que sea de “florero”. Independientemente de que es un derecho ciudadano el poder ser un representante político sin distinción de sexo, también lo debería ser el no hacer del sexo un condicionante, pues en este último caso sería simple y llanamente discriminación, y nada “positiva”.
Y que no se enfade nuestro Presidente porque no se espere ni a los 100 días de mandato para hacer críticas más “objetivas”. En el corto margen de gobierno socialista se están cometiendo errores que dañan el prestigio internacional de España, y eso es un hecho muy contrastado en la prensa internacional. Y aunque la demagogia, pueda en apariencias dar frutos debemos recordarle a nuestro ZP lo que decía su colega, el doctor en derecho, John Galsworthy, y que no es una ecuación difícil de tener en cuenta para contener su “idealismo” y poner los pies en España: «El idealismo aumenta en proporción directa de la distancia que nos separa del problema».
*polla: Gallina joven.
El varapalo en Europa de la recién estrenada ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, demuestra que no se debe tratar a una masa de ciudadanos como animales de granja. La responsabilidad en elegir los altos cargos merita de tiempo, y es seguro que hay mujeres capaces de llevar ese Ministerio a la altura que en su día lo llevó Loyola de Palacio e incluso no hay que dudar que la propia ministra Espinosa pueda alcanzar la necesaria experiencia y ser una excelente representante de nuestros intereses. Pero un poco de humildad y buen “talante” debiera tener el nuevo Presidente del Gobierno y reconocer de una vez que la Moncloa le cogió desprevenido. Recordemos que cuando le preguntaban sobre su futuro gobierno el decía tenerlo en la cabeza, y no hay que dudar que así mismo era. Su cabeza intentaba dividir el total de los ministerios entre dos y las matemáticas no se le suele dar bien a los de letras. El fracaso no es justo achacárselo totalmente a la inexperiencia de la Ministra, la actitud de los “amiguísimos” Francia y Alemania fue más determinante.
Otro nombramiento que llama la atención es el de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. No porque sea mujer, sino por los amaños que hará Zapatero para recibir siempre él a los representantes de la increíble, tolerante, civilizada y humana cultura islámica. De cualquier manera será menos “ofensivo” que cuando el PP puso a una mujer al frente de exteriores, algo que debió enfadar a los buenos amigos árabes.¿Qué opinará nuestro amigo Mohamed VI, o algún “líder” o jeque árabe cuando en ausencia de Zapatero lo deba recibir una mujer presidente?. Sabemos la respuesta, la sustituirá su inmediato porque a ella se le dará otro compromiso posiblemente internacional. Aún así los socialistas no se “cortan” en poner su nombramiento como un ejemplo de la integración de la mujer en la sociedad, poco importará que sea de “florero”. Independientemente de que es un derecho ciudadano el poder ser un representante político sin distinción de sexo, también lo debería ser el no hacer del sexo un condicionante, pues en este último caso sería simple y llanamente discriminación, y nada “positiva”.
Y que no se enfade nuestro Presidente porque no se espere ni a los 100 días de mandato para hacer críticas más “objetivas”. En el corto margen de gobierno socialista se están cometiendo errores que dañan el prestigio internacional de España, y eso es un hecho muy contrastado en la prensa internacional. Y aunque la demagogia, pueda en apariencias dar frutos debemos recordarle a nuestro ZP lo que decía su colega, el doctor en derecho, John Galsworthy, y que no es una ecuación difícil de tener en cuenta para contener su “idealismo” y poner los pies en España: «El idealismo aumenta en proporción directa de la distancia que nos separa del problema».
*polla: Gallina joven.
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