Residuos de la Izquierda

La abogada andaluza, ex miembro de Izquierda Unida (IU), quiso solidarizarse de esa forma con la realidad que actualmente sufre el cubano y en especial las mujeres. Su comprensión y cariño hacia las Jineteras contrastó con la vergüenza sentida hacia sus propios conciudadanos, que viajan a Cuba para aprovecharse de la situación pésima padecida por los cubanos desde hace 45 años.Ante la advertencia de algunos de los presentes de ¿cómo la verían ahora sus compañeros de la izquierda española? dejó claro que le iba a traer algún que otro problema pero se sentía en la obligación de responder ante cualquier injusticia. Los presentes en el acto le hicieron ver su valentía ante los comentarios futuros que le “arrojarán” los más reaccionarios.

Cristina Almeida, quizás con cierta ingenuidad, se brindó a servir de puente de diálogo con la dictadura. Algo que denotó cierto desconocimiento del carácter del tirano y su negativa constante a escuchar. Las referencias a la Cuba antes de Castro fueron imprecisas y hacían ver como la sociedad española ha sido víctima de la propaganda y mentiras de Castro. En resumen, fue un acto valiente por parte de representantes de izquierda.
Para la izquierda reaccionaria española la actitud de una izquierda moderada, no fanática; rebelde no oportunista, estará siendo contraproducente. La izquierda de Llamazares intenta hacer creer que representan ciertos valores pero se contradicen cuando apoyan a tiranos como Castro. Sus actos hacen que no se conviertan en la fuerza o energía que mueve la izquierda, sino el residuo tóxico y contaminante de un pasado que no han podido reciclar y adaptar a los nuevos tiempos.