Wenceslao Cruz Blanco

Wenceslao Cruz Blanco

«La palabra no es para encubrir la verdad, sino para decirla.»

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jueves, agosto 28, 2003

El Ron de la Tricontinental

Leopoldo Javier Aurell Requena, director de la firma valenciana ‘Borton World Brands’
El Sr. Leopoldo Javier Aurell Requena, director de la firma valenciana ‘Borton World Brands’, dedicada a la importación y venta delicores cubanos en España y otros países europeos, y D. Osvaldo Martínez Ramírez, gerente general de Comercio Exterior Valenciano (CEXVAL S.A.) en La Habana, han tenido amplia cobertura en los medios Castristas. Estos medios utilizan la siguiente expresión en titulares: «Las firmas Borton World Brands y CEXVAL S.A., ambas de Valencia, cierran filas para el envío de productos cubanos hacia el Viejo Continente».

En su discurso fechado un martes 3-12-2002, Castro advertía sobre los peligros del Ron ante un grupo de estudiantes de medicina, y alertaba que si bien no haría una “Ley Seca” si encarecería considerablemente el precio. Agregó: «Lo siento mucho por aquellos simpatizantes de la revolución que les gustaría de vez en cuando empinar el codo» como si la medida fuera principalmente encaminada a los no simpatizantes de su “robolución” por lo que sus, aún engañados aduladores, tendrían que asumir estos efectos colaterales.

El dictador, pensando quizás en su alcohólico hermano Raúl, considera dañino a uno de los productos que más identifica a Cuba, su Ron. Y quizás los bien pensados puedan entender esta medida tan antipopular, pero ¿por qué incrementa su producción y lo dedica a la exportación?. Es que ¿manda a Leopoldo y a Osvaldo, como soldados de una nueva Tricontinental, a esparcir por tierras “enemigas” esta “dañina” droga?.

Una explicación que se aproxime más a la realidad, sería muy compleja, pero un análisis más o menos superficial puede que resulte interesante e ilustrativo.

Castro, para consumo interno, no quiere el Ron, y para ello se acoge a su efecto dañino. Coincidimos que es dañino cuando se bebe sin moderación, como podría pasar con el mejor de los vinos españoles. Para nadie, y principalmente cubano, existe el desconocimiento del afán de protagonismo y propaganda que rodea al viejo tirano. Exportar en estos momentos todo su Ron, no es solo una inyección a su mal gestionada economía, sino que le representa una nueva forma de propaganda al exterior. Por eso no hay duda en el uso de la expresión: «Las firmas ..., cierran filas...» en la titularidad del artículo, como si fuera una cuestión crucial o de guerra. Castro nunca ha destinado la mayor parte del Producto Interno Bruto (PIB) cubano para consumo interno, siempre ha necesitado del capital, que dice aborrecer, para exportar su “revolución”, para apuntalar regímenes que se avienen a sus intereses como el de Chávez en Venezuela, para promover la inestabilidad en países de todos los Continentes, para apoyar a organizaciones terroristas como las FARC de Colombia o la ETA en España.

Es muy difícil no imaginar, en la actualidad, la mano oculta de Castro en los problemas nacionalistas que está sufriendo España. Los estrechos vínculos con el gobierno vasco, y su acercamiento a comunidades españolas con intereses secesionistas no deja de ser preocupante. El dictador cubano, ya no va directamente con tropas a sembrar revoluciones, les vende las semillas a empresarios sin escrúpulos para que ellos sean quienes financien indirectamente a las organizaciones terroristas.

Es por lo que debe quedar claro a un español, que cada vez que le compre a Cuba, entiéndase Castro, uno de sus productos, estará pagando de forma inconsciente e indirecta el asesoramiento y el apoyo a una banda u organización terrorista como ETA, como prueba solo tendréis que visitar alguna de las webs terroristas que pululan por la red y verán infinidades de artículos propagandísticos de Cuba, sus logros, sus productos.

Las autoridades españolas deberían ir considerando, seriamente, que los beneficios economicos de la venta de Havana Club, Legendario, Cohíba, etc, podrían ser una fuente de financiamiento al terrorismo en alguna de sus formas; y su publicidad, sin exagerar, constituir un delito grave de apología del terrorismo.

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lunes, agosto 18, 2003

Castro, El Supremo de Roa Bastos

Roa recibido por su Supremo
Si un dictador, Stroessner, le indujo a vivir fuera de su país. Otro, más tiránico aún, lo esta condenando al desprecio de los que han leído e interpretado sus libros. Él se considera como un eterno exiliado; pero, voluntariamente está eligiendo un nuevo exilio, se está yendo a donde van los intelectuales co-responsables de las desgracias del pueblo cubano. Le hace compañía a Benedetti, a García Márquez, y a otros que Castro seduce y convierte en autores incongruentes con sus escritos. El dictador cubano los lleva al exilio más evitado por un escritor con principios: a la invalidez moral de su obra.

Si su primera obra fue teatral y se llamó “La Carcajada”, su última actitud, también teatral, de apoyo a Castro y contra la disidencia, es una burla a los principios éticos que deberían regir la conducta de un escritor merecedor del Cervantes. En su libro titulado: “Yo El Supremo”, en clara referencia a como se hacía llamar Gaspar Rodríguez de Francia, uno de los déspotas más sanguinarios del Paraguay, el octogenario autor olvida el alarmante parecido con el tirano de Cuba.

En junio del 2001, Hugo Chávez, el “aprendiz” de Castro, publicó un aviso en todos los periódicos locales paraguayos, en español y guaraní, con alabanzas al “doctor Francia”. Desconocía, o quizás conocía muy bien que “El Supremo”, fue un hombre cruel, que aisló a su país del resto del mundo. Asesinó no solo a opositores; también, a miembros de su propia familia: al esposo de su hermana y al sacerdote que los casó. Se enfrentó de forma constante con la Iglesia católica y otras actitudes que van siendo muy parecidas a las que está tomando actualmente Chávez. Actitudes todas superadas y con sobresaliente por Fidel Castro. Ya le recomendaron al “bolivarista” venezolano, en el Universal del 29 de junio del 2001, que se leyera el libro de Roa Bastos para que estuviera consciente de su metedura de pata.

Pero que podemos esperar si el propio autor del libro caracteriza a Castro como: «Para Fidel, a mí me faltan las palabras, porque ha excedido los límites de un dirigente político revolucionario» y añade: «La presencia de Fidel (y déjenme llamarle Fidel como a un hermano) tiene una importancia muy grande, porque es una figura casi mítica que ha sabido llevar todos los pasos de una Revolución muy difícil que, como digo, está a las puertas del imperio con un coraje y un espíritu de la civilidad y del respeto a los valores realmente populares que son un ejemplo para América y para todo el mundo.».

Esas palabras del premio Cervantes son esclarecedoras. Advierten del “alzheimer político” que sufren los viejitos amigos de Castro, más cuando respondiendo a la periodista Judith Gociol (el 17 de octubre de 1997, que le preguntó sobre su novela “El Fiscal” y de Strossner), llega a su máxima incongruencia respondiendo:
«La literatura latinoamericana está infectada de esos dictadores clásicos y es una fauna que para mí tiene que desaparecer. Yo creo que ahora hay otro tipo de dictaduras a las que hay que poner nombre y describir. Estamos empeñados en creer que vivimos en un mundo democrático que, sin embargo, contradice a esa democracia a cada paso»

El Sr. Roa parece reconocer que Castro desaparecerá, pues es de la misma “fauna” que Stroessner aunque sea de la “especie” Izquierda y le supere bastantes años en el poder. Llega a más, y echa en cara a los que se sienten libres como que están equivocados y «empeñados» en estar seguros de disfrutar una democracia.

El premiado autor, indudablemente, se sentirá mejor cuando baje del avión particular de Castro. A pie de la escalerilla los pioneritos, los obreros e intelectuales cubanos le aseguraran, con el miedo dentro, que serán como el Che, que esta es la tierra con que soñó Martí, que en Cuba existe la verdadera democracia.

Sí, la democracia que hace que se “empeñen” los cubanos en huir arriesgando su propia vida, vida sin sentido que Roa Bastos agradece a Fidel. Su adorado y último Supremo.

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